Volví a ver estas monitas y… es extraño. Son ‘bonitas’, pero me dan algo de miedo, y no puedo evitar fijarme únicamente en lo que les falta y preguntarme el porqué.
La nariz al final es poco relevante, porque muchos ilustradores la omiten, pero por la boca, es inevitable preguntarme si hay un mensaje implícito relativo a algún trastorno alimenticio…
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